Madrid celebra hoy la festividad de su patrón, San Isidro. Los madrileños, vestidos de chulapos, han cumplido la tradición y se han acercado a la pradera de San Isidro a comerse las rosquillas 'tontas' y 'listas', a beberse el agua milagrera que mana de la ermita del santo y, los más animados, a bailar un chotis.
Ruiz-Gallardón llegó a las 9.22 horas, acompañado por el vicealcalde, Manuel Cobo, y varios de sus colaboradores en el Ayuntamiento, y enseguida comprobó, y dijo en voz alta, que este año no tendría que esperar cola para probar el agua. A continuación pasó unos minutos a la ermita, que en ese momento celebraba misa.
Madrileños madrugadores
Ya fuera de nuevo, frente a la ermita, saludó a algunos tenderos que vendían tortas, chicharrones, obleas, barquillos y rosquillas, compró algunas y siguió saludando a madrileños tan madrugadores como él.
"No das cuartel a los castizos, estamos arrinconados", le dijo uno vestido como mandan los cánones más chulapos, a lo que el alcalde le contestó: "No le veo a usted arrinconado".
Exactamente 27 minutos después de llegar, el alcalde, al que esperaban varios actos oficiales, abandonó la pradera con dos pequeños botijos y cuatro rosquillas por las que pagó 5 euros: una tonta, una lista, una del Santo y una de Santa Clara.
A pocos metros de allí, la feria comenzaba a cobrar vida, los puestos de regalos terminaban de colgar su género, los churros saltaban en el aceite y los bares vendían sus primeras cañas y empezaban a preparar las gallinejas y entresijos que se comerán los madrileños durante toda esta jornada festiva.
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